Blanco y negro

Teresa Avedoy: Corazón de biblioteca

Los estudios factuales son parte de la cultura editorial, pero personas curiosas como visiblemente lo es Teresa Avedoy, echan mano de ellos a modo de suma de ese complejo mundo que habita en la mentalidad lectora y de uno de los espacios para socializar o internalizar nuestra curiosidad: la biblioteca.

Borges, su todavía joven lector Manguel, Irene Vallejo se comunican entre sí por sus lecturas y sus textos. Me agrada el método juguetón ideado por Teresa Avedoy para irse acercando a las bibliotecas públicas de su interés. Previsualizar su ubicación y ya cercana a una de ellas, preguntar a boca jarro: “Disculpe, ¿sabe usted donde se encuentra la biblioteca?” La variedad de respuestas incluyó una contra pregunta: “¿Qué es eso?”

Esa anécdota me recordó que antes de la pandemia, ciertos alumnos de reciente ingreso en la UAM confundían los objetivos de la librería y la biblioteca. Aunque las guías de estudio se adquirían en la librería, muchos caminaban confundidos cuando en la biblioteca les decían: “aquí no vendemos guías”. ¿Eso está mal? No lo creo: desde el sabio lector del mapa astral descrito por Manguel que nos sabía decodificar la escritura, pero si leer el firmamento, hasta los jóvenes que se nutren de dispositivos digitales, todo se conecta.

Concluyo con el verso de un poema de nuestra invitada: “Un corazón de biblioteca tiene cada quien, cuando abriga una ciudad de preguntas dentro.”

 

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