Blanco y negro

José Ignacio Echeverría: editor experimentado y querido amigo

A José Ignacio Echeverría, tengo el gusto de conocerlo desde hace más o menos cinco años, lo conocí en un contexto de trabajo difícil y su templanza y buen humor, me permitieron manejar aspectos del trabajo bajo presión, de una manera más relajada y hasta, yo diría, más Sen. Después hicimos otros libros y siempre ha sido un gusto para mí colaborar con él, en proyectos conjuntos, cada quién desde su propio ámbito o trinchera. José Ignacio tiene un trato cordial y sabe gestionar de manera apropiada el trabajo y las responsabilidades, en función de las competencias de la gente. Lo considero un lector experimentado, con amplio conocimiento en el mundo de la imprenta y con una capacidad de adaptación y análisis de problemas, que es justamente lo que reclama ahora la industria editorial. Porque conozco su alto nivel de competencia en el sector desde una experiencia práctica, me pareció muy afortunado el nombramiento honorario de José Ignacio Echeverría, al frente de la CANIEM. Sé que su compromiso será total y tengo la impresión de que vendrán cambios buenos, si consideramos los tres ejes de acción comentados por nuestro entrevistado y en los que se desenvuelve la CANIEM. Uno, el trato de los editores con el gobierno.

Dos, la interacción de los editores con la sociedad en la que nos encontramos, por supuesto los lectores. Y tres, la responsabilidad de la CANIEM ante sus agremiados formales. Quizá por el momento histórico o por las inquietudes profesionales de José Ignacio Echeverría, o por los dos factores, es un hecho, y esta entrevista me lo demostró, que la CANIEM empezará a explorar con más seriedad las nuevas formas de trabajo que están implícitas en los formatos digitales. Desde esa perspectiva, quiero rescatar y resaltar el papel que le da José Ignacio Echeverría a la figura del editor y que en esta entrevista se reveló de manera muy nítida. Dicho en otras palabras: por mucho que se promuevan nuevos soportes, y eso por supuesto debe de hacerse, los contenidos requieren de un editor, un proceso, un trabajo que en algunas fases se complementa con la incorporación de otros profesionales, pero que siempre será enriquecido por la visión global que sólo tiene el editor, de lo contrario, como irónicamente sugiere nuestro entrevistado, la agenda digital, que se prometió desde la presidencia de la República, nacerá muerta, será, a lo mucho, un espacio de negocio de vendedores de fierro, que poco o nada saben de pedagogía, educación y competencias lectoras. Éxito en tu gestión al frente de la CANIEM José Ignacio.