Blanco y negro

El precio del libro en Cuba

Cuando fui a Cuba, recién egresado de la universidad, dos hechos llamaron mi atención.

El primero de ellos era la forma rapidísima de hablar que tienen los cubanos, había que tener las pilas bien puestas para entenderles, desglosando además las palabras locales con las cuales designan a algunos objetos, que en el español mexicano tienen otro nombre y para no ir más lejos, pongo el ejemplo de la típica gua gua que en México es camión. El otro aspecto que llamó mi atención, fueron los precios de los libros, no daba crédito, eran baratísimos, traje mi maleta llena de ellos, con algunas botellas de ron por supuesto. Aún conservo una excelente colección de libros de Clarice Lispector , y varios libros de Cortázar editados en La Habana por el precio que me hubieran costado un par de ellos en México. Lo anterior no hace sino poner de nuevo de manifiesto el valor que le dan los cubanos a la cultura y a la educación. Las diferencias del español coloquial no impiden la comunicación ni tampoco la impiden en el español escrito, pero debemos pensar que le hecho de que lentamente nuestras editoriales vayan siendo incorporadas a empresas de origen ibérico o sajón, pone en riesgo la edición mexicana, es decir, no es lo mismo leer a Oscar Wilde traducido por José Emilio Pacheco que por Joselillo Zorrilla, por inventar un ejemplo al vuelo. 

Leer en español mexicano es una experiencia más cercana a nuestra cultura lectora, supongo que para los españoles será lo mismo que con el español ibérico, y para los argentinos con su propio español.

En fin, estas reflexiones me las disparó una charla hoy con Misael Moya y mis recuerdos habaneros.

 

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