Blanco y negro

El espinoso asunto del derecho de autor en la edición

Tiene razón la conductora de Interlínea cuando dice que la penalización de un delito en aspectos como derechos de autor o propiedad intelectual, son temas que se ven poco en seminarios o programas como este, es decir, la parte, llamémosle con cierto humor, práctica que nos enseña el ABC para poner tras las rejas a un infractor de derechos de autor, es espinosa, pero la tienen que conocer los autores, los diseñadores, que muchas veces operan por la libre, los editores, los impresores y los libreros cuando menos. 

Peor aún si se trata de “conductas criminales”, y lo pronuncio con las reservas del caso, advirtiendo a los radioescuchas que en mi guión estas palabritas vienen entre comillas. Aunque la violación al derecho de autor es un delito que se persigue de oficio, es decir, sin que exista una denuncia de por medio, es un hecho, como lo comenta el Doctor Arturo Ancona, que en este tipo de violaciones, el agraviado tiene que colaborar estrechamente con las unidades en delitos especializados, si lo que busca es reparar un daño y sancionar penalmente al infractor que actuó de manera dolosa. Pero ¿cuándo se puede hablar realmente de piratería?, ¿dónde se ubica la frontera entre un acto doloso y otro circunstancial? Llevado a terrenos más conocidos para los lectores del libro, este tema, preguntaría: ¿García Márquez se pirateó a Kawabata cuando escribió las Memorias de mis putas tristes, o simplemente se trató de una coincidencia que ni siquiera raya en eso que los críticos llaman influencia? Y para cerrar este comentario, no puedo sino considerarme aterrado cuando el doctor Ancona dice que un disco o DVD pirata, tiene un costo de producción que oscila entre los 30 o 40 centavos. Detrás de estos costos, hay organizaciones criminales con alta infraestructura y que, la procuraduría general de la república se enfoque en atacar el mal desde esas raíces, potencializadas en redes de mafia, es encomiable, mucho más que perseguir a un estudiante que saca las fotocopias de un libro que se encuentra agotado, aunque debo reconocer que hay ayatolas que pregonan que debemos perseguirlos y castigarlos con la misma vara a todos por igua.